MI RECUERDO MAS TRISTE

Ese día fue el más inesperado que nunca pensé vivir a mi corta edad. Ese día nadie me despertó temprano, nadie me levanto para ir a estudiar, nadie me molesto. Recuerdo levantarme temprano y me dijeron no se aliste vamos a salir y me lo dijeron, así como si nada: su abuelo está enfermo me cayó como un balde de agua fría de esos que te congela absolutamente todo.

Salimos. Cuando llegamos, mi papa estaba en la funeraria, en ese entonces no sabía de qué se trataba. Abrace a mi papa como si llevara una eternidad sin verlo, se separó de mí y me dijo –Mire a su abuelito- me señalo esa habitación llena de lágrimas y dolor gracias a la familia Mongui Cetina. Me acerque a ese oscuro cajón donde mi abuelo yacía con sus manos enormes descansando para siempre. Recuerdo perfectamente su ropa, la expresión de su sonrisa en esa vitrina, su cabello abundante como siempre blanco con gris de tantas canas que le sacaron sus 5 hijos.

Recuerdo haber dibujado en ese libro que te dan en la ceremonia para que los visitantes escriban sus pésames y condolencias a la familia, dibuje un paisaje, mi abuelo durmiendo en las nubes y yo en la tierra recordándolo.

 

Mi abuelo siempre fue una persona tan sencilla y humilde, el me cargaba en sus brazos y me cantaba, me la paso imaginándome que estaría pasando si él estuviera aquí conmigo acompañándome en todas las decisiones y metas que he cumplido, pero son solo ilusiones porque él nunca volverá solo me quedan incontables recuerdos que pasamos a solo 11 años que nos conocimos. El único cumpleaños que recuerdo fue cuando todos mis primos, tíos salimos a las 12 de la noche con mariachis, regalos y pastel de cumpleaños, jugué con mis primos en la casa de mis abuelos. En la mañana hicimos un asado con sancocho le dimos sus regalos.

Después trajeron una guitarra y empezamos a cantar, es uno de los recuerdos que nunca olvidare y toda la familia atesorara en nuestros corazones.

El día del entierro, me hice junto a mis primos…todos compartíamos el mismo dolor y necesitábamos de unos de los otros. Recuerdo haber tenido una mano en esa caja oscura y la otra mano con una flor para cuando estaba en los suelos y empezaron los hijos de mi abuelo a echar su mano de tierra tiré la flor junto con toda felicidad que tuve allí. Tengo la viva imagen del cajón sumido en tierra y lágrimas. Mi abuelo Raúl quien a sus 65 años creo, ya había dejado este mundo terrenal y aún sigo pensando que se marchó muy joven.

Siempre que lo visito pido la bendición como el me enseño, y siento un viento que levemente me acaricia y siento su presencia a ratos, mi primo más pequeño que mi abue no alcanzo a conocer una vez dijo –Nono mi nono- mi tía lo fue a ver y no había nadie, cabe recordar que mi abuelo murió cuando mi primo Santiago estaba aún en el vientre.  

 

Y ahora escribo para ti:

 Quiero agradecerte primeramente por ser tu nieta y dejarme compartir contigo, cada vez que quise hacerlo, sin reproches, sin preguntas, sin rencores, agradecerte tus enseñanzas no solo en palabras, ni en teoría, sino en hechos donde tu valentía, esfuerzo y lucha estuvieron presentes teniendo a nuestra familia como un pilar para tu existencia. Segundo por haber estado con nosotros por más de 60 años por hacernos vivir momentos únicos e inigualables por tu entusiasmo y alegría. 

Siempre tuve miedo de perder a un ser querido, en especial a uno de mis abuelos…pues siempre han sido unas de mis grandes bases que me ayudaron a crecer como persona. Debo decir que nunca estuve preparada, jamás vi venir algo así y menos tan pronto perder a mi abuelo a ese hombre tan inteligente y fuerte, fue una de las peores cosas que me pudo haber pasado.

Y esto no fue lo peor, lo peor fue que no pude estar presente cuando dio su último respiro, siento que en ese momento la vida fue tan injusta conmigo.

Quizá no pude despedirme directamente, ni de decirle cuanto lo amaba tal vez porque aún estaba muy pequeña para prestarle atención a esos detalles, sin embargo, hoy tengo la valentía de escribirle para él, de dedicarle algunas líneas que sé que leerá donde quiera que esté.  

 

Te amo por siempre.